capítulo 4, el ser humano en sociedad

Y de la misma manera que el ser humano una vez estuvo en la libertad máxima de la mano de la naturaleza, la evolución y el desarrollo nos trajo a humanos que vivimos en sociedad. Con todo lo que conlleva..


A vivir en sociedad cada uno se adapta a su manera…. hay quienes se dejan llevar por el ritmo vertiginoso de las urbes, la prisa, el estrés, el masticar a medias y con prisas sin saber siquiera lo que estoy comiendo, el conversar por conversar, escupiendo palabras en la patina de la superficialidad, tópico tras tópico, cuantas veces se hablará al día del clima!


Dejarte llevar por el ritmo de la sociedad, sin darte cuenta puede que estés ahí, atrapado entre noticiarios fatalistas y catastróficos, asistiendo a un trabajo que no te aporta nada más que un salario a fin de mes y que aumente tu estrés, tu insatisfacción; vivir en sociedad y en urbe, puede ser vivir según los ciclos de las campañas publicitarias, de los festivos, de los puentes, del día mundial del “patatín” , vivir bajo la temporada de veraneo en Benidorm y la temporada de vacuna para la gripe.. y ni saber ya que son las estaciones, las fases de la luna, los ritmos circadianos, los alimentos de temporada,..


Vivir en una sociedad como las de hoy significa estar a la última en tecnologías, el mejor móvil donde meter todos mis sentidos atrofiados, la mejor televisión donde desconectar mi mente y mi sentir, el mejor aparato que me diga cuanto duermo, cuanto camino, cuantas pulsaciones por minuto tengo!

Nuestra “biblia de la salud tecnológica” siempre con nosotros… a la muñeca de un cuerpo que ni ya nos preocupamos en habitar…..y claro, pues nos ponemos enfermos, porque será?


-Tome señora, una pastilla cada 8 horas y listo.


Hemos decidido entregar la responsabilidad de nuestro Ser, de nuestro Cuerpo, de nuestro Habitarnos, a las pastillas, los aparatos, y las medicinas modernas donde el facultativo en la mayoría de los casos ni habla 5 minutos con nosotros, ni nos toca, ni nos mira a los ojos,....


¡Bendito sea el Señor Médico en el que todos confiamos! (léase la ironía y a la vez el respeto)



Entonces, un día te vas de excursión, sales de la ciudad y visitas el bosque, la montaña, el campo, la playa,....y cual extraño intranauta descubres lugares llenos de pureza, de estímulos para tus sentidos, respiras mejor, duermes mejor, estás más tranquilo,.. se te pasa esa molestia, ese dolor… vaya! ¡Qué raro! ¿Por qué será?


Tu semana de vacaciones en la montaña ha sido genial, te sientes como nuevo, pero toca volver a la ciudad, a la sociedad, a todo lo anterior mencionado, y ya de regreso, comienzan los dolores de espalda de nuevo,... que raro? ¿Por qué será?


El animal regresa a su jaula de tecnología, evolución y desarrollo, donde no tiene que pensar, ni sentir, ni ser! Donde todo lo hacen por ti, donde puedes ser una ameba humana, un producto más que genera beneficios económicos a alguna empresa a la que no le importas…. y mueres, y se paso la vida, y compraste un montón de objetos materiales, llevaste las últimas zapatillas, el mejor coche, el mejor móvil, y moriste sin haberte sentido tú ni una vez, sin haber disfrutado de la libertad de serte, de la aventura de sentirte, explorarte, conocerte,.... pero no pasa nada, eras un animal de ciudad.

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