rendición

He soltado el control.

Todo se ha desarmado, desarticulado, desordenado.

Me siento, sin remedio, entregada a la rendición.

Parece que en el afuera de las redes todo tiene que ser perfecto, bonito y exitoso, pero nada más lejos de la realidad.

Desde hace dos meses los pacientes han desaparecido de mi consulta. Y no se porqué.

Es complejo afrontar esta realidad.

Por un lado, el factor económico. 

No hay pacientes, no hay entrada de dinero, no hay para pagar todo lo que hay que pagar.

Por otro, el factor mental.

El ego se pregunta cuál es el problema, cuál es la solución.

Y mientras, mi emoción.

Desbordada en llanto retenido, rendida ante el no saber qué hacer, y aún así tratando de seguir hacia delante, con mil ideas y proyectos.

Me entrego a la rendición. 

Estoy cansada de esforzarme, de luchar, de batallar para construir algo que me permita vivir la vida con bienestar, sin precariedad.

Lo más curioso de todo: 

Estoy disfrutando como nunca de hacer lo que quiero, como lo es crear y ofrecer El Viaje del Árbol.

Disfrutando y valorando a mi pareja y todo lo que juntos sentimos y creamos.

Disfrutando del maravilloso equipo del Centro Kipu y sintiendo que son Familia.

Me entrego a la rendición, me detengo en ella.

Suelto el control

Todo es perfecto.

Estoy atravesando el miedo.

Si lo consigo, prometo contaros qué hay tras él.

NATALIA CARRANZA, DIARIO DE UNA TERAPEUTA

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