capítulo 7, la sabiduría inherente de tu ser
Y es que, como venimos diciendo, nuestro organismo, nuestro Ser trae ya consigo su propia sabiduría, su propia inteligencia, su propio saber.
Encontramos aquí que el organismo sabe cuándo, cuánto y durante cuánto tiempo ha de segregar una hormona, o un neurotransmisor, y sabe dónde enviarlo, y eso lo hace con una efectividad y precisión impecable, en cuanto a lo fisiológico y en cuanto a lo patológico. Recordar que el cuerpo no se equivoca y todo siempre tiene un porqué.
Esta “finura” en su trabajo artesano no la encontramos en los medicamentos, aun siendo las mismas sustancias a nivel molecular que las que el cuerpo puede llegar a fabricar, éstas, las artificiales, nunca tendrán o llegaran a tener la misma efectividad y exactitud en su proceder ya que son carentes de vida, de inteligencia, son inertes aun siendo activas.
Tu cuerpo, tu mente, tu ser, está desde lo más ínfimamente microscópico imbuido de vida, de chispa, de ki, de… como lo quieras llamar. Cada parte ES.
Y pienso por ello, que es esa sabiduría la que muchas veces nos guía entre presentimientos y corazonadas y sensaciones y pieles de gallina. Y que cuando confías en la sabiduría inherente de tu ser, todo es más sencillo, porque todo está en armonía y en consonancia. porque tú estás alineado con tu ser.
Tus conflictos, todas las cosas difíciles, las situaciones problemáticas en tu vida no son fruto de la casualidad o del azar. Son realmente tuyas, diseñadas específicamente para ti por una parte de ti que te ama más que nada.
La parte de ti que te quiere mas que nada ha creado obstáculos para llevarte a ti mismo. no vas a ir en la dirección correcta a menos que haya alguien que te pinche en el costado diciendo: mira aquí, por aquí. Esa parte de ti que te quiere tanto que no quiere que pierdas la oportunidad. llegará a medidas extremas para despertarte. te hará sufrir mucho si no le haces caso. ¿Qué más puede hacer? Ese es su propósito.
A.H. Almaas
IMAGEN: Víctor Mosquera