capítulo 6, la fisiología de los sistemas

Por eso es tan importante conocer, entender e interrelacionar la fisiología de los sistemas del cuerpo.


Si estuviéramos aprendiendo un idioma que utiliza un alfabeto diferente al nuestro lo primero sería conocer y aprender ese nuevo alfabeto; después, saber reproducir el sonido de cada una de las letras, sílabas y palabras que se forman , es decir tener vocabulario para después poder elaborar frases válidas para la práctica de un diálogo en dicho idioma.

Con la fisiología del cuerpo viene a ser un poco semejante.

Hay un alfabeto, el cuerpo tiene sus sustancias que lo fundamentan, que se mueven dentro de él de una determinada manera y bajo unas “reglas gramaticales y ortográficas”

Conocer ese alfabeto y poder hablar ese idioma en cada una de las partes del cuerpo es el buen inicio para entender el lenguaje del cuerpo, y saber así que a veces, el cuerpo no te va ha hablar en el modo gramatical correcto, sino que a lo mejor , siguiendo el símil del idioma, te va ha enviar un mensaje en modo coloquial! . Pues habrá que saber entenderlo.


El cuerpo humano tiene sus propios mecanismos de funcionamiento. Un sistema de señales, mensajero, receptores, proteínas transportadoras, peajes y feedbacks que hacen que todo funcione adecuadamente y que todo nuestro sistema esté constantemente adaptándose a nuestras necesidades, cambios y variaciones impuestos por nuestros ritmos de vida, nuestras actividades, nuestras rutinas.


Tu cuerpo, en su fisiología, coordina tu sistema circulatorio con tu sistema renal, en pos de optimizar las presiones sanguíneas y de hacer de tus reservas de minerales o de electrones las más adecuadas para ti en cada momento.


Tus sistemas corporales, el circulatorio, el renal, el reproductor, el endocrino, el nervioso, cada uno de ellos tiene su función y su papel en la obra. Cada uno hace su labor, y al mismo tiempo, todos ellos están en constante comunicación y colaboración. No podemos pensar en uno sin pensar en los demás. No podemos excluir a uno sin que eso afecte a los demás. Todos son importantes y todos se han de tener en cuenta.

Y lo vemos por ejemplo en las relaciones que hay entre intestino-cerebro, con su secreción de serotonina en ambos. o por ejemplo, en el vínculo riñón-corazón-sangre.

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